VOLVER A NARRAR
“Escribir bien y emocionar al público no son cosas que riñen con la calidad del texto periodístico sino que son atributos que deben coexistir”
José Martí.
Estoy de acuerdo con el planteamiento de que gracias a la revolución informática y al periodismo electrónico se ha creado la necesidad de volver a la narración como la “herramienta más eficaz para llegar de una manera viva a los lectores con las noticias”, ya que no es desconocido que el siglo XXl trae nuevos desafíos a la prensa frente a medios audiovisuales como la televisión y el cine, y a medios auditivos como la radio. Por esto no es ilógico pensar en volver a retomar formas primitivas de narración como los relatos y las historias en general, desligándonos un poco del viejo esquema de la pirámide invertida y del hecho de responder a las 5 W en el primer párrafo.
Me quedó claro que los textos de tipo narrativo como la crónica, el reportaje, el perfil, la entrevista, entre otros, tratan de presentar la realidad como la vivimos cotidianamente, pero es en este sentido donde también se oponen a esta misma realidad puesto que presentan un orden: Marco de inicio, de desarrollo y un final, captando el mundo en toda su complejidad. También en este sentido es que se diferencian de la ficción, de esos mundos creados con leyes propias, que se escapan de lo verificable.
Por otro lado, el libro “Escribiendo historias, el arte y el oficio de narrar el periodismo” de Juan José Hoyos, en su segunda parte, hace énfasis en responder a la pregunta ¿Qué es una historia?; a lo que después de leer los diferentes planteamientos se puede responder: Una historia es un relato de las acciones humanas ocurridas en el tiempo (tienen un orden cronológico), ésta busca principalmente que el público quiera saber qué ocurre después, cosa que puede lograr valiéndose de un recurso literario como lo es el suspenso.
Es por esto que todo relato debe cumplir con características como: tener un punto de partida y un final, una trama lógica y un narrador, particularidades que se deben incorporar al periodismo para que el lector involucre todos sus sentidos y se vuelva parte de esa realidad.
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