VIVIENDO EN LA INCERTIDUMBRE
Félix Antonio Cano, un hombre de 42 años, se dio cuenta después de muchas dolencias, de un bajo rendimiento en las labores del campo y finalmente de una serie de exámenes médicos que debía ser trasplantado de riñón si quería seguir viviendo y respondiendo económicamente por su familia.
Aquí fue donde empezó su padecimiento, tenía que desplazarse prácticamente todas las semanas de Anorí Antioquia, su lugar de residencia a Medellín para hacer todos los trámites que implicaba poseer esta enfermedad.
Después de varios meses de espera encontró un riñón compatible, nunca supo de quien provino pero vive muy agradecido, ya que hoy puede contar la historia gracias a esa persona.
Nos cuenta que la diálisis fue una de las cosas que más traumas le generó, “en el momento en que me ponían esa máquina que me limpiaba la sangre yo prefería morirme”, me mareaba, se me coagulaba la sangre, es una situación que no le deseo a nadie”.
Cuenta su experiencia con agrado y con el único de fin de enseñarle a todo aquel que lo escuche, sobre la importancia que tiene la donación de órganos no solo para la persona que lo necesita sino para la familia.
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