Desde el punto de vista de que todas las personas nacemos con unas necesidades básicas y universales en lo orgánico, psicológico y social se puede decir que todos somos iguales; pero no se puede desconocer que a partir de las culturas en las que nos veamos inmersos y según nuestras formas de pensar, es que pasamos de ser simples hombres del común a ser individuos únicos y al ser únicos, cada individuo es diferente, uno de otro.
A partir de esas diferencias es que se da una construcción individual y social de ideales, imaginarios, religiones, tendencias políticas, clases sociales y en general culturas (modos y formas de vivir, pensar, sentir, hablar y actuar), que desatan toda una serie de problemáticas que nos conllevan a establecer que todo el que no es como yo es diferente y por tanto no tiene los mismos derechos, deberes y oportunidades.
En un concepto más personal, el diferente para mi es aquel que atenta contra la integridad de los demás y no deja que su libertad termine cuando empieza la del otro. Aunque remitiéndome a un capitulo de OZ, se expone que el hombre por naturaleza es un animal que disfruta con el mal que hace, por lo tanto los diferentes somos aquellos que no hacemos daño a la sociedad, los diferentes somos más y los “normales” son ellos (los que están en Ciudad Esmeralda, más propiamente aquellos que están en la Cárcel. De ahí que se pueda volver a plantear ¿Quién es el diferente?.
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